Crítica a la Modernidad

El humanismo

Albert Einstein dijo en alguna ocasión que era mucho más sencillo destruir átomos que creencias, lo cual parece muy acertado, sobre todo si estas se convierten en verdades absolutas.

En “El engaño”, el filósofo inglés, John Gray, aborda una crítica en torno de la creencia en que el ser humano es el centro del universo, fundamento que comparten tanto el cristianismo cuanto el humanismo; fundamento de la modernidad.

John Gray, en el fondo, hace una crítica a esos fundamentos, principios o bases sobre los cuales se ha sostenido tanto la filosofía, la sociedad y la cultura modernas.

Y la hace abordando tres aspectos: conciencia, individualidad y libre albedrío; las tres diferencian, según el modelo occidental, a los seres humanos de los demás animales, porque nos permiten deliberar, discernir y elegir; es decir, hacer uso de la facultad de cálculo, razonar.

De esta forma, el hombre es capaz de encontrar métodos, disciplinas y organizaciones para alcanzar no sólo su bienestar sino también su progreso, con lo que construye y se inventa una historia.

El hombre se emancipó de la Naturaleza (Dios, desde cierta perspectiva) para ser el amo y señor.

El engaño

John Gray hace un desenmascaramiento de la cultura moderna, cultura que se ha expandido por todo el orbe y que ha creado a un hombre antinatural desvinculado totalmente de la naturaleza.

De ahí que movimientos artísticos como el Romanticismo o diversas vanguardias se hayan rebelado contra la razón instrumental operativa que hace del hombre una máquina voraz que inconscientemente explotó la Naturaleza de un modo inmisericorde pensando, con soberbia, que estaba a su servicio y que era infinita.

John Gray va más lejos en su libro Perros de paja para afirmar que la actual devastación ecológica no es resultado del capitalismo industrial sino de la ambición exacerbada en el progreso de una criatura voraz, el ser humano.

Crisis ecológica que coloca al planeta en una disputa por sus recursos y a los hombres como los protagonistas de dicha batalla en la que lo que está en juego para aquellos es la supervivencia. Por eso el mundo, hoy, se ha convertido en el Club de la pelea.

El engaño consiste tanto en creer que somos diferentes a los animales por el hecho de ser potencialmente racionales y además en creer que estamos dotados de una identidad sólida y estable cuando apenas tenemos un “yo virtual”.

Gray es contundente: no elegimos la mayoría de nuestros actos; en principio, no decimos el momento, ni el cómo, ni de qué forma, naceríamos.