15 septiembre 2009

La novela como género racional moderno (2)

La épica de nuestro tiempo


Para entrar a este tema, "la épica de nuestro tiempo", es importante traer de nuevo a nuestra reflexión lo ya visto con respecto de "civilizaciones cerradas" de Georg Lukács. El esquema de trabajo del teórico en ese artículo es el siguiente (los términos vas de lo particular a lo general): Epopeya-Novela, Mito-Filosofía, Dios-Hombre, Civilización cerrada-Civilización abierta. El modo de trabajo es un comparación, una contraposición, un contraste, entre ambos términos con el fin de caracterizar dos tipos de visiones del mundo distintas.

Ahora bien; ¿Qué es lo que nos quiere decir Lukács con esta comparación? ¿Cuál es el fin de su exposición? ¿Qué podemos concluir sus lectores respecto de su ensayo? Lo que postula Lukács en los términos más generales es que la diferencia entre ambos géneros , epopeya y novela, no radica solamente en sus variaciones formales, en la distinción entre verso y prosa, en lo superficial de la anécdota, sino más bien radica en las distintas cosmovisiones de las civilizaciones que los producen. Por este motivo es posible distinguir entre dos tipos de hombre, dos distintas relaciones con la naturaleza, dos diferentes relaciones entre los hombres, etc., y no por simples características formales entre epopeya y novela. Es decir, existe una relación esencial entre literatura y sociedad, dependiendo del tipo de sociedad, se generará un tipo u otro de producto cultural.

Lukács ha dicho: "La epopeya y la novela son las dos objetivaciones de la gran literatura épica". ¿En qué sentido, nos preguntamos nosotros, es posible que ambos géneros particulares puedan pertenecer al género más general de la épica? Se incluyen en este género en el sentido de que ambas formas desarrollan la lucha de un héroe que viaja en busca del sentido de su vida. El tipo específico del héroe, de la lucha y del sentido de la vida, son los que van a hacer la diferencia entre ambos géneros. Es así que epopeya y novela son las épicas de distintos tiempos.

En el caso del héroe epopéyico, es una entidad colectiva que representa y sustenta el destino de toda una comunidad, las acciones de este héroe repercuten en la dicha o en la tristeza de todo un mundo; el espíritu de la época se objetiva en la epopeya como determinismo del héroe. El triunfo de la lucha que emprende está garantizado por la organicidad del mundo cerrado, del círculo de perfección al cual pertenece el héroe. El sentido de la vida en la epopeya es inmanente, está ahí en las cosas, sólo hace falta encontrarlo; el sentido de la vida constituye una totalidad extensiva, es decir, un sentido que se extiende por sobre todo el mundo y que no constituye un problema porque está ahí, al alcance de la mano.
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En cuanto al héroe novelesco, es una mónada, es un punto de vista particular, es una subjetividad, y lo único que representa es a sí mismo; el espíritu de la época se objetiva como psicología versátil en el héroe. La lucha de este héroe está destinada al fracaso, pues nunca habrá una equivalencia entre el ser real (el individuo que interactua con el mundo) y el deber-ser ideal (la forma de vida idealizada, utópica, que el individuo añora), siempre se estarán aproximando en el viaje del héroe pero nunca llegarán a juntarse, lo cual tiene como consecuencia la frustración. Y, no obstante la calidad asintótica de esta aproximación, el héroe problemático se lanzará a la aventura, para obtener, aunque degradado, un sentido parcial de la vida. Este sentido, a diferencia del epopéyico, es trascendente, está más allá de la vida, está en el ideal abstracto del individuo, por lo cual es una totalidad intensiva, es decir, de una sola entidad y no de muchas; así, alcanzar el sentido de la vida es un problema para el héroe novelesco.


Ambos géneros constituyen totalidad, una orgánica espontánea, (con partes homogéneas naturalmente conectadas), y la otra abstracta construida (con partes heterogéneas más independientes a las que se les impone un vínculo). La primera se sustenta en un héroe comunitario (que no constiuye un punto de vista lírico); la segunta la sustenta el viaje del héroe, el equilibrio que logra entre ser y deber-ser.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

me corrigen si estoy equivocado, pero el heroe que nombra destinao al fracaso no esta mas relacionado con el Byronic hero? si existe algubna diferencia porfa haganmela saber... en verdad me gustraria aclarar eso

Moderno/Posmoderno dijo...

Hola; gracias por tu comentario. En realidad el héroe byroniano es lo que Lukács llamaría una radicalización del deber-ser; es decir, un profusa idealización del mundo por parte del héroe, la cual no tiene ninguna consonancia directa con su mundo real, con su momento histórico filosófico; en pocas palabras, el héroe byroniano para Lukács es un personaje que vive en los sueños, en los ideales. En contraste, el héroe problemático (el que de cierta manera está destinado al fracaso; y cuya mención haces en tu comentario)quiere lograr un equilibrio entre lo que él piensa (el deber-ser) y su mundo real (el ser). Y esa es la forma interior de la novela, el quilibrio entre ambos factores, los cuales no deben radicalizarse, pues correrán el peligro de convertirse en otra cosa que ya no será una novela, sino la caricatura de una noela.

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